El Caribe africano, el sobrenombre con que la industria turística ha bautizado a Senegal, no hace justicia a la grandeza de este país. Es cierto que la calidez de sus gentes, la sensualidad de su música y la belleza de sus playas recuerdan a la región caribeña, pero África siempre da más. Te contamos nuestros 10 imprescindibles para que sepas qué visitar en Senegal.
Los singulares colores de sus piraguas, la imponente silueta del baobab centenario, la arquitectura colonial de Saint Louis, los bosques de ceibas de la Casamanza, la bella costa, el poderosos cauce de sus ríos y el magnetismo de las culturas tribales de País Basari… Qué difícil es la elección, así que hemos organizado nuestro top ten qué visitar en Senegal siguiendo un recorrido lógico, no por orden de preferencia: no sabríamos con qué quedarnos.
¿Cuándo viajo a Senegal?
Aunque varía según la región, las lluvias se concentran en los meses de julio, agosto y septiembre y, por su ubicación más sureña, hasta octubre en Casamanza (Casamance en francés). Pese a ello, rara vez se convierten en un problema para el viajero estival, más bien en un disfrute al contemplar el vigor de los meteoros por esta parte del mundo. En esta época las temperaturas medias se mueven entre los 30º y 32º, superando los 40º solo en momentos puntuales. De noviembre a mayo es la estación seca, con temperaturas más placenteras, de 22º a 30º de media. Como ves, la respuesta a la pregunta planteada es en cualquier época del año, incluida la Navidad y el verano, teniendo en cuenta que durante la Semana Santa y primavera es la época de mayor afluencia de turistas, franceses sobre todo.
Qué visitar en Senegal
Dakar: crisol étnico
Con una población cercana a los 2,5 millones en su área metropolitana, la capital de Senegal muestra la riqueza étnica del país. No podemos extendernos en su compleja composición, pero conviene saber que Wolof es la etnia mayoritaria con cerca del 40% y su lengua la más extendida. Otros pueblos son los Serer (segundo en número), Lebu o Mandinga. Más singulares, el Peul, que lleva siglos recorriendo las estepas y sabanas de África, y los Diola que con el 7% ocupan sobre todo Casamanza con una fuerte identidad cultural y política. Por último, señalamos el Bassari, del que hablaremos más adelante.
Volviendo a Dakar, como tantas otras africanas, es una ciudad compleja para el visitante por su mezcla de modernidad y caos. Para tomarla el pulso es necesario ir bien asesorado, pasear por sus polvorientas calles, perderse por sus mercados y descansar en algunos de sus sorprendentes propuestas de hostelería.
Dakar creció en torno a un fuerte francés, reemplazando en 1902 a San Luis como capital de las colonias francesas de África Occidental. La zona conocida como El Plateau, el barrio colonial, es el núcleo central y donde se concentran sus edificaciones más singulares: el Palacio Presidencial, la catedral, el ayuntamiento o el Museo del IIfan (Arte africano). La animada Plaza de la Independencia, con sus rascacielos y el paseo marítimo de La Corniche también forman parte de la visita obligada.
Isla de Gorée: cita con la vergüenza
Tan imprescindible como conmovedora y bella es la visita a Gorée (o Gorea). Esta isla junto a Dakar flota en el tiempo desde que en el siglo XV los portugueses se interesaran por este enclave estratégico que explotaron también holandeses o franceses. Pero aquí se llega en una embarcación para visitar La Casa de los Esclavos, una antigua mansión del siglo XVIII con un almacén desde el que se embarcaba esta mercancía humana que nunca más amanecería en África. Hoy Gorée denuncia la crueldad del esclavismo en un entramado arquitectónico bien conservado, donde merece conocer el Museo de la Mujer y las agradables galerías de arte.
Lago Rosa de Retba: el mito del París-Dakar
También en las cercanías de Dakar, este lago más que a sus aguas rosadas debe su fama mundial al hecho de haber sido la última etapa del mítico rally París-Dakar. Se trata de una especie de Mar Muerto senegalés, sus aguas tienen unos 350 gramos de sal por litro, siendo refugio de miles de flamencos. Su belleza se acrecienta por el entorno ubicado junto al océano, le rodean dunas y fabulosas playas.
Saint Louis: cita con África colonial
A algo más de 260 kilómetros del norte de Dakar se ubica Saint Louis, sin duda uno de los destinos favoritos del viajero y parada imprescindible en este qué visitar en Senegal. Las razones son muchas, su glorioso pasado, la arquitectura colonial, la proximidad a las reservas naturales como Djoudj y Barbarie pero, sobre todo, la animada vida urbana, joven y cultural.
Su casco histórico se ubica en la isla de N’Dar sobre el impresionante río Senegal y que se une al continente por el puente de Faisherbe, construido en 1865 por el mismísimo Gustave Eiffel. Hay más de una veintena de recorridos turísticos para disfrutar de sus coloridas villas de hermosas rejerías, algunas bien conservadas, otras no tanto, que se centran sobre todo en los barrios de Nord y Sud. Si se pasa más de un día resulta muy interesante visitar el barrio de pescadores de Ndar para verles faenar. De etnia lebou, tiene una de las mayores densidades de población de todo el continente y aunque el espectáculo está asegurado no se encuentran muy cómodos frente a la mirada del turista, por lo que conviene hacer la visita junto a alguien que sepa relacionarse con sus pobladores. Y de nuevo en Saint Louis, hay que sentarse en la cafetería del Hotel La Poste, una institución senegalesa.
Reserva Natural de la Lengua Barbarie
Junto a los barrios de pescadores de Ndar, esta lengua de tierra separa el río Senegal del Atlántico. Aquí se viene a recorrer parte de sus 2.000 hectáreas, mejor en una embarcación, y admirar su riqueza ornitológica. Esta reserva de la biosfera de la Unesco recibe millones de aves en la época de migración entre los meses de mayo y agosto.
País Basari: en Kedougou
Muy probablemente vía Tambacounda, capital del Senegal Oriental, nos adentramos en País Basari y la experiencia justifica por sí sola la visita a Senegal. Poco a poco la sabana va dando paso a un paisaje de vegetación más cerrada poblada por grandes ejemplares de acacias, veremos además familias de babuinos y facoceros (el jabalí africano) cruzando la carretera que nos lleva a Kedougou. Una pequeña localidad especialmente acogedora desde donde se puede visitar esta zona que cumple con muchos de los tópicos de lo que bautizamos como África profunda. Pero antes de empezar a descubrirlos, hay que disfrutar de un paseo por esta animada localidad y visitar la cercana casada de Dindefelo, única en Senegal y que ofrece un encantador baño.
Aldeas Bedik y Peul: inolvidables
Numerosos grupos étnicos conviven en estas tierras, que se acostumbra a conocer en visitas guiadas. Entre las culturas basari destacan los Bedik, que viven en las montañas. Las aldeas más interesantes son Iwol, Landieni y Bandafassi. Para visitarlas, es habitual hacer pequeñas ascensiones por los montes, ya que se ubican en cumbre, y durante la subida serás rebasado por algunas de sus mujeres penosamente cargadas con sacos en su cabeza, pero que te dejarán boquiabierto por su destreza. Ya arriba hay oportunidad de ser recibido por los representantes de la tribu, pasear entre las cabañas y ver cómo se laboran los campos.
Peul es la otra etnia con la que el viajero convive en esta región. A 20 kilómetros de Kedougou destaca la aldea de Bandafassi, donde sus mujeres siguen vistiendo de forma tradicional y ornamentan el rostro con la característica púa de erizo. Si se dispone de tiempo suficiente, es muy recomendable desplazarse hasta el poblado de Salemata, el corazón de País Basari. Es una excursión de un día, llena de baches, pero que permite visitar un entorno donde el tiempo hace mucho que dejó de correr.
Baja Casamanza: Ziguinchor
La Casamanza es quizá la zona más africana de Senegal, que además mantiene una compleja convivencia con Dakar. De sus tres regiones naturales, en este recorrido por ‘qué visitar en Senegal’, nos quedamos con la Baja Casamance, que se extiende entre Ziguinchor y Cap Skirring, donde no se pueden pasar por alto las islas de la desembocadura del río Casamance.
Hay que armase de paciencia para llegar a Ziguinchor por carretera, viaje que incluye atravesar la frontera con Gambia y muchos controles en Casamanza, pero merece la pena. Ubicada a orillas del río que bautiza esta región, mantiene una gran personalidad criolla y muestra como ninguna otra en Senegal la personalidad de la ciudad africana. El barrio Administrativo es el mayor atractivo de la ciudad, donde se pueden ver un caserío colonial que en ocasiones sorprende. El mercado central y el de Saint-Maur, la calle Javellier y la plaza de Jean Paul II forman parte del recorrido, pero lo más recomendable es sentarse a tomar un té para ver la puesta de sol desde alguno de los cafés a orillas del Casamance.
Cap Skirring: playas y pescadores
En el Cabo de Skirring, en la zona más al sur de la Baja Casamance, ofrece un auténtico paraíso para los amantes de las playas. Razón por la que muchos de sus habitantes están abandonando sus tradicionales actividades de pesca y agricultura para dar servicio al viajero. En cualquier caso hay que recordar que estamos en Senegal, pese a la publicidad que la rodea ni estas playas son las del Caribe ni -por fortuna- la presión hotelera es la misma. A cambio, el viajero disfruta de largos paseos en una naturaleza que siempre sorprende, visita las aldeas de pescadores y, por la noche, toma una cerveza en alguna de las discotecas: si se escapa de las de los hoteles, la experiencia será más auténtica.
Isla de Carabane: paraíso secreto
El río Casamance es uno de los grandes atractivos de esta región. Ya cerca de su desembocadura se divide en cientos de brazos creando islas y regalando vida a pequeñas aldeas donde aún se vive de un modo tradicional. De entre todas ellas, la isla de Carabane es una de las más deseadas por el trotamundos. Este tranquilo enclave ofrece sobre todo un entorno de arrebatadora belleza. De nuevo los paseos, observar el faenar de los pescadores y sus grandes playas vírgenes se convierten en sus mayores atractivos. Un lugar para encontrar la paz en su estado más puro con el que concluimos este recorrido por qué visitar en Senegal.
Os dejamos con un vídeo turístico que se promociona desde la web de la Embajada de Senegal en España:
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Y hasta aquí nuestras pistas sobre qué visitar en Senegal. Te animamos a que compartas tu experiencia o dudas.
Foto: Rutas 10