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Ruta Seda: Día 17 – Que alguien pare a este camello

21 abril, 2016

Dunhuang. Las Cuevas de Mogao y la Duna Mingsha (19 de agosto)

Ya habíamos comentado que el Budismo también se hizo camino en China. Entró procedente de la India a través del ramal de Tax Kurgan por el que apenas hacía dos días habíamos pasado también nosotros. Desde allí se extendió hacia oriente llegando hasta Japón.

Una de las primeras paradas que hizo la doctrina de Buda en China fue en este oasis de Dunhuang en donde hoy nos despertamos. El principal atractivo de este lugar son las denominadas Cuevas de Mogao que visitaremos a mediodía. Se trata del mayor conjunto de grutas budistas no sólo de China, sino de todo el mundo. En total son 492 cuevas que contienen frescos, manuscritos y una infinita colección de estatuas de Buda y de bodhisatvas, los considerados ángeles o iluminados del Budismo.

Dia 17 Mayte a la cola de la caravana de camellosEstos primeros santuarios budistas están considerados precursores de los posteriores templos. Generalmente se ordenan casi todos de igual manera en torno a un pilar central en el que se encuentra esculpida la imagen de Buda y alrededor, especialmente en los laterales se encuentran numerosos nichos que incluyen figuras de Bodhisatvas, que en muchas ocasiones representaban a personajes públicos de la época, algo que también sucedió en el arte religioso occidental.

Cuando el Budismo comenzó a extenderse, no sólo se trató de una religión sino también de una corriente artística que se puso muy de moda, especialmente a lo largo de esta Ruta de la Seda. Como ya sabemos la Ruta de la Seda no sólo sirvió como eje comercial entre las ciudades que unía sino que también impulsó un interesante intercambio cultural.

Dia 17 Cuevas de Moga ExteriorPor la Ruta de la Seda llegaron el Budismo, posteriormente el Cristianismo, e incluso el Islam hasta China y esta es la razón por la que las principales muestras de estas religiones en China se produjeron y se conservan a lo largo de este eje principal de la Ruta de la Seda en el norte del país. Este ramal principal de la Ruta en esta zona se conoce también en China como el Corredor Hexi y fue la vía principal que conectaba China con Asia Central.

El corredor Hexi se extendía desde el extremo occidental de la Gran Muralla China en Jiayuguan, lo que comenzaba a considerarse como el más allá del imperio, hasta la ciudad de Kashgar. El éxito de la Ruta radicaba en que atravesaba un terreno que bordeaba el sur del desierto del Gobi y el norte del Altiplano Tibetano, algo que influyó de manera natural en la selección de la ruta pues es casi como una garganta entre esos dos accidentes geográficos mayores. Que se impusiera como ruta principal se debe también a la existencia de oasis a regulares distancias del camino.

La visita al complejo de Mogao nos va a saber a poco. Este lugar es como la Capilla Sixtina del Budismo en China, o una de ellas como después descubriremos con otras visitas que realizará nuestra caravana un poco más adelante en el camino.

Hoy podemos visitar 12 cuevas y cada cual nos parece más grandiosa. Nos sorprende el estado de conservación en el que está el conjunto, algo que parece ser debido al clima tan seco de esta parte del desierto. Estos primeros templos budistas comenzaron a excavarse en la roca en las faldas de las montañas, a orillas de un río o en valles con tierras fáciles de moldear y siempre en lugares resguardados del viento.

Especialmente bien se han conservado estas grutas de Mogao en donde destacan de manera considerable el colorido de las pinturas murales y de las estatuas, que todavía son los originales. Lo que no se ha conservado en Mogao han sido los exteriores que solían ser portadas hechas en madera o piedra a imagen de las casas tradicionales chinas, lo que añadía elementos artísticos de influencia china, los únicos,  pues todo el interior reproduce modelos artístico de la India, el lugar de donde procedía.

Dia 17 Subiendo dunas desierto Dunhuang, foto de Mauri GatnauCuando el Budismo comenzó a popularizarse en China, la construcción de una de estas cuevas era una muestra de prestigio. Gobernantes, comerciantes así como gente adinerada por diversas otras razones mandaban construir cuevas como las que hoy vemos en Mogao cuya ornamentación competía en belleza, grandeza y estatus social con el resto.

Como era de esperar nos quedamos con las ganas de seguir visitando cuevas pero también se ha hecho tarde y tenemos hambre de modo que nos vamos a comer aunque pasando antes por la tienda de recuerdos. Allí María José compró un cuaderno precioso con pinturas que parecen acuarelas y que imitan los frescos que hemos visto en las grutas.

Yo tengo un diario en el que voy apuntando notas y guardo detalles de mis viajes, a modo de bitácora, como tickets de trenes, entradas a monumentos o incluso algunos billetes de los países por los que he pasado y en donde sobre todo colecciono historias de gente con la que viajo o que conozco durante mis viajes. Y ese cuaderno que compré en una “cartolería fiorentina” ya hace casi 10 años, ya casi no tiene hojas libres. Según veo el nuevo cuaderno de Ana, pienso que me gustaría algo así para continuar mi diario. Vuelvo a la tienda pero creo que ya no les quedan más. ¡No lo encuentro! ¡Vaya una lástima! Tampoco me puedo entretener mucho pues me están esperando… Durante el viaje nos hemos acostumbrados a comer pronto y hoy se nos han hecho las tantas así que mi gozo en un pozo, ¡me quedo con las ganas del cuaderno! Ya encontraré algo similar…

Comemos algo ligero avisados por Larry ya que después vamos al desierto a montar en camello. Dunhuang es un oasis en medio del corredor de Hexi, en uno de los extremos sur del desierto del Gobi, que a su vez sirve de frontera natural con Mongolia. Es además una de las zonas del desierto con las mayores dunas del mundo. En algunos casos llegan a superar los 500 metros.

De hecho aunque hasta hoy no sabía que eran de este lugar, las imágenes de estas dunas, conocidas como Dunas Minsha, son imágenes bastante conocidas. Y no sólo en China sino en todo el mundo. Yo ya había visto fotos en alguna ocasión. Las fotos destacan por el dramatismo de tales cantidades de arena que forman verdaderas montañas y terribles depresiones como si fueran una auténtica cordillera pero de montañas de arena.

Dia 17 Pagoda y lago de la media luna DunhuangLas explicaciones de Larry nos aumentan las expectativas. La idea de realizar un viaje en camello por el desierto es algo que a todos nos seduce para terminar de creernos una auténtica caravana de la Ruta de la Seda.

Al llegar al lugar, el entorno es realmente mágico, si no fuera por la gran cantidad de turistas chinos que hay. Como los chinos comienzan a tener un mayor poder adquisitivo, también han comenzado a viajar. El turismo se ha convertido también en una actividad común en el interior de China y esto es uno de los mejores ejemplos de ello. Han convertido esta parte del desierto en un parque recreativo. Además siempre viajen en grupos, que suelen ser bastante numerosos, algo que se explica también por la poca individualidad que tienen, de nuevo como consecuencia de su tradición confucionista.

De todas formas los turistas chinos son muy perezosos y les gustan las actividades en las que hay que gastar el mínimo de energía de modo que aquí se concentran en una de las laderas de una duna y se limitan a subir y dejarse deslizar por la misma.

También hay bastante gente alrededor de la Laguna de la Media Luna, un auténtico oasis en medio del desierto, en donde se construyó una exótica pagoda. A pesar de la gran cantidad de gente, sigue siendo un lugar muy especial y, aunque durante los últimos años la laguna ha reducido su dimensión, algo similar a lo que le ha parecido al Mar de Aral, todavía ofrece esa idílica imagen de cuento de las Mil y Una Noches.

Alejarse del tumulto de turistas chinos no es muy difícil. Basta con subir hasta la cima de la mayor duna para estar más sólo. Aunque en realidad subir hasta esta cima sólo sirve para darse cuenta de que hay muchas otras más y mucho más altas. Caminar por la arena es una misión casi imposible pero la imagen es maravillosa. El desierto tiene algo de hipnótico. Por un lado a lo lejos se ve la caravana de camellos que se van haciendo cada vez más pequeños según se alejan hacia el horizonte, convirtiéndose en sombras; mientras que por el otro lado, valientes exploradores se aventuran a subir la duna contigua y la siguiente y la próxima… superándose a sí mismo pero sabiendo que nunca van a poder superar al desierto.

Después de la caminata por las dunas nos toca montar en camello. Se está poniendo el sol y el vaivén del camello junto con los colores del paisaje me tienen embelesado, me siento casi ebrio. Ya sólo con esta escena y la experiencia de montar en camello a través del desierto del Gobi ha merecido la pena el viaje y hoy es sólo el decimoséptimo día de viaje. Nos quedan todavía 10 días de aventuras y más sorpresas. Tengo la impresión de haber estado viajando durante mucho más tiempo y ni siquiera hemos recorrido un tercio de todo el recorrido que supone el total de la Ruta de la Seda Plus.

Después de la gran experiencia del desierto que se ha grabado en mi memoria como una de las puestas de sol más entrañables del viaje y de mi vida, Larry nos tiene otra sorpresa preparada. Nos comenta que en un teatro de Dunhuang se está representando un espectáculo ambientado en la Ruta de la Seda y allí que vamos después de cenar.

Dia 17 Espectaculo DunhuangEl espectáculo resulta ser una combinación de sobre todo números de acrobacia y juegos malabares chinos con una sincronización que roza la perfección. Si en algo son bueno los chinos son en este tipo de espectáculos. Este en concreto con una dirección artística exquisita nos consigue contagiar la magia del carácter más exótico y nostálgico de esta Ruta de la Seda de la que ya somos también parte.

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